Asistencia en la Infancia – Adolescencia
El cambio de niña a mujer es algo que ocurre de forma progresiva y no siempre se inicia a la misma edad y de la misma manera en todas las niñas. Por ello, contar con una experta nos puede resolver dudas como madres y solventar todo aquello que se desvíe de la normalidad, ya que lo que ocurre en la juventud marca toda la vida ulterior.
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Valoramos y Resolvemos Problemas:
- Desarrollo genital: labios fusionados, himen imperforado, hipertrofia de labios…
- Desarrollo mamario: asimetrías, hipodesarrollo, nódulos mamarios, …
- Pubertad precoz o tardía: el inicio en la aparición de vello púbico y axilar, el desarrollo mamario y la aparición de la menstruación antes de los 9 años o después de los 14 años debería ser motivo de consulta a la ginecóloga.
- Trastornos de la regla: hemorragias, falta de regla durante varios meses o dolor menstrual.
- Vulvovaginitis: la irritación e inflamación de la vulva, el aumento de flujo, la aparición de picor genital, pueden ser síntomas de vulvovaginitis que haya que tratar.
- Quistes ováricos: es importante diagnosticar este tipo de quistes porque, aunque suelen ser benignos, pueden provocar dolor, trastornos de la regla e incluso la torsión del ovario, lo cual obliga a una cirugía urgente, que si se demora, podría suponer la pérdida del ovario, con las consecuencias futuras que esto conlleva.
- Problemas alimentarios: la detección y la actuación precoz ante trastornos alimentarios del tipo anorexia y bulimia, que suelen debutar a estas edades, aumenta las posibilidades de resolución. A veces los padres percibimos el problema pero no somos capaces de abordarlo, por eso nosotras os podemos asesorar y ayudar en la búsqueda de soluciones.
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Programas de prevención: implementamos, entre otros programas de prevención, la vacunación del Virus del Papiloma Humano (HPV), que reducirá la posibilidad de que tu hija desarrolle un cáncer de cuello de útero en el futuro.
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Salud sexual: es importante el asesoramiento antes del inicio de las relaciones sexuales, no solo para evitar embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual, sino también para no comprometer su fertilidad posterior ni su estabilidad emocional.